Para este punto se puede fomentar la participación de los trabajadores y la comunicación personal, en políticas organizacionales que promuevan la interacción, solidaridad y la tolerancia del grupo. Se deben impulsar medidas que les permitan a los empleados tener el tiempo para desarrollar su formación personal.
Las buenas relaciones entre el grupo de trabajo también se encuentra ligado con las satisfacciones que puedan experimentar en un buen ambiente laboral. Es por ello que se deben brindar ayudas sociales que faciliten por ejemplo, el transporte de los trabajadores al centro de trabajo, o que se promueva la formación personal.
¿Qué hacer con las jornadas laborales nocturnas?
Por su parte, las condiciones del ambiente del trabajo deben ser evaluadas y deben poder brindar una situación similar a las que hayan disponibles durante el día. Identificando los riesgos presentes en cada sector, en medidas que incluyan la verificación de la temperatura y la existencia de una iluminación adecuada, adaptando el ambiente específicamente para los trabajadores nocturnos. Garantizando, también, el acondicionamiento de lugares y un espacio de descanso dentro de la jornada laboral.
Los planes de prevención generales para este tipo de trabajo que se adapten a las características especiales de cada empresa y que incluyan la formación e información de estos trabajadores, facilita la prevención de posibles accidentes.
Como otra medida organizacional se puede brindar la voluntariedad en la elección del turno y permitir que los propios trabajadores acuerden entre sí intercambios o bien evitar los turnos dobles. Se debe reducir la exigencia laboral nocturna, ya que se necesita un mayor esfuerzo para conseguir los mismos resultados que durante el día.